Diferencias entre casarse y hacerse pareja de hecho en España

En España, las parejas tienen dos opciones para legalizar su relación: casarse o hacerse pareja de hecho. Ambas opciones son decisiones importantes que tienen implicaciones legales y fiscales significativas. Aunque ambos estados son reconocidos por la ley, existen diferencias considerables entre ellos que deben tenerse en cuenta.

1. Modo de constitución

Para casarse, es necesario acudir al juzgado o a una notaría, o casarse por un rito religioso al que se le hayan reconocido los efectos civiles del matrimonio, como ocurre con la Iglesia Católica. Este proceso puede ser largo y requiere una serie de documentos, como el certificado de nacimiento, el certificado de soltería y, en algunos casos, un certificado de capacidad matrimonial. Además, es necesario pagar una tasa por la celebración del matrimonio.

En cambio, para constituir una pareja de hecho, hay que firmar en el Registro de Parejas de Hecho o de Uniones de Hecho de la Comunidad Autónoma en la que vivan los miembros de la pareja. Este proceso es más sencillo y rápido que el matrimonio, y no requiere tantos documentos. Sin embargo, no todas las Comunidades Autónomas reconocen las parejas de hecho, por lo que es importante informarse bien antes de tomar una decisión.

2. Régimen económico

En los matrimonios, existe un régimen económico obligatorio, que puede ser de bienes gananciales o de separación de bienes. Esto significa que, en caso de divorcio, los bienes adquiridos durante el matrimonio se reparten entre los cónyuges, a menos que hayan firmado un acuerdo prenupcial que establezca lo contrario.

Por otro lado, las parejas de hecho no tienen un régimen económico específico. Pueden llegar a los pactos que deseen respecto a la forma de administrar su patrimonio en común, pero no se les aplica un determinado régimen. Esto puede ser una ventaja para las parejas que desean mantener sus finanzas separadas, pero también puede complicar las cosas en caso de ruptura.

3. Finalización de la relación

Para finalizar un matrimonio, es necesario divorciarse en el Juzgado o en una notaría, si se cumplen ciertos requisitos. Este proceso puede ser costoso y emocionalmente desgastante, ya que implica la división de bienes, la determinación de la custodia de los hijos y, en algunos casos, el pago de una pensión alimenticia o compensatoria.

Sin embargo, para disolver una pareja de hecho, solo es necesario acudir al Registro de Parejas de Hecho o de Uniones de Hecho correspondiente y firmar su disolución. Este proceso es mucho más sencillo y menos costoso que el divorcio, pero también puede dar lugar a disputas sobre la división de bienes y la custodia de los hijos.

4. Medidas respecto a los hijos

Cuando se divorcia un matrimonio, las medidas relativas a los hijos menores o incapacitados en común se fijan en el propio proceso de divorcio. Esto incluye la determinación de la custodia, el régimen de visitas y la pensión alimenticia. Estas decisiones se toman en función del interés superior del niño y pueden ser modificadas si cambian las circunstancias.

Sin embargo, cuando se disuelve una pareja de hecho, estas medidas se establecen a través de un proceso de medidas paternofiliales, ya que no hay divorcio. Esto significa que cada progenitor tiene que solicitar la custodia de los hijos y la pensión alimenticia por separado, lo que puede complicar las cosas y prolongar el proceso.

5. Compensación económica

Si uno de los miembros del matrimonio resulta especialmente perjudicado económicamente a raíz de la ruptura, puede pedir la pensión compensatoria en la propia demanda de divorcio. Esta pensión se concede para equilibrar la situación económica de los cónyuges y puede ser temporal o indefinida, dependiendo de las circunstancias.

En cambio, si se trata de una pareja de hecho, tendrá que presentar una demanda para reclamar una indemnización por enriquecimiento injusto. Esta indemnización se concede cuando uno de los miembros de la pareja ha contribuido de manera significativa al enriquecimiento del otro sin recibir nada a cambio. Sin embargo, obtener esta indemnización puede ser difícil y requiere la prueba de una serie de requisitos.

6. Declaración de la renta

Cuando una pareja está casada, puede elegir entre hacer la declaración de la renta en conjunto o hacerla por separado cada uno de los cónyuges. Esto puede ser una ventaja si uno de los cónyuges tiene ingresos significativamente más altos que el otro, ya que puede reducir la carga fiscal de la pareja.

Aunque el matrimonio y la pareja de hecho son formas legales de reconocer una relación, existen diferencias significativas entre ambos en términos de constitución, régimen económico, finalización de la relación, medidas respecto a los hijos, compensación económica y declaración de la renta. Es importante tener en cuenta estas diferencias al tomar una decisión sobre cómo legalizar una relación. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas, y la elección depende de las circunstancias y preferencias individuales de cada pareja. Por lo tanto, es recomendable buscar asesoramiento legal antes de tomar una decisión.